30.11.11

El Socialismo no cae del Cielo

Algunas personas piensan que es posible cambiar el mundo sin tomar el poder.

Según ellos, ni siquiera se debería pensar en utilizar el Estado, porque, como John Holloway dice: “luchar a través del Estado es involucrarse en el proceso activo de vencerse a sí mismo.” Según esas personas, el estado por definición no puede desafiar al capitalismo dado que es una parte fundamental del capital; a propósito de ello Holloway escribe: “el Estado (cualquier Estado) debe agotar las posibilidades para poder proveer condiciones al beneficio de la rentabilidad del capital.”

Un pensamiento como este no resulta nuevo. Pero, ha surgido de nuevo en ciertos lugares (situados mayormente en América Latina) porque se refleja una época de desilusión y desesperanza. Desilusión y desesperanza que están dadas por causa del fracaso de la sociedad dominada por el Estado en la unión soviética y sus aliados ante la promesa de crear un nuevo mundo; y desilusión y desesperanza por causa de la tragedia de la democracia social, lo cual, a través de su rendición a la lógica del capital ha demostrado que ofrece barbarismo con una cara humana.

Sin embargo, la insistencia de Holloway que dice que tenemos que “negar la idea que una sociedad puede ser cambiada por ganar control del Estado” ha sido desmentida a través de dos ejemplos muy claros. En principio, ha sido desmentida concretamente y de manera muy dramática y emocionante por la Revolución Bolivariana en Venezuela. ¿Es posible imaginar los cambios aquí sin el poder del Estado?

Y, por otro lado, la idea también ha sido desmentida teoréticamente por el entendimiento de sistemas económicos, en general, y condiciones para el desarrollo del socialismo, en particular, asociado con el pensamiento de Carlos Marx. Para éste, fue evidente que los trabajadores necesitaban el poder del Estado para poder crear las condiciones para que una sociedad pueda acabar con la explotación capitalista. De la misma manera, negó escribir modelos detallados o “recetas” para la sociedad del futuro —“imágenes fantásticas y planes para una nueva sociedad” que los oponentes utópicos del capitalismo sí ofrecieron—.

Hay una explicación crítica para esto: el socialismo no cae del cielo. El socialismo como proceso Ningún nuevo sistema económico cae del cielo.

En vez de caer del cielo o nacer original y rebosante de concepciones de intelectuales, nuevas fuerzas productivas y relaciones de producción nacen dentro y en oposición a la sociedad ya establecidas.
 Fragmento de: Michael A. Lebowitz

No hay comentarios:

Publicar un comentario