Hace un año el pueblo argentino sintió el dolor de la muerte inesperada del presidente Néstor Kirchner, quien a pesar de su corta existencia vivió intensamente y dejó un recuerdo imborrable en todo el pueblo argentino, y es que él es la esencia misma de todos los argentinos y argentinas, que celebran el temple y la valentía de un hombre visionario que logró sacar a su país de la crisis económica que los embargaba y quien siempre se resistió a ser manejado por las grandes corporaciones que estaban al mando de otros gobiernos, con su respuesta a George Bush: Aquí no vengan a patotearnos, no vamos a aceptar que nos patoteen.
Nacido en Río Gallegos en 1950, de padre descendiente de inmigrantes alemanes y de madre croata, desde su temprana juventud perteneció a la Juventud Peronista, defensor de la corriente izquierdista que apoyó a los Montoneros en los años que precedieron al golpe de estado fascista que derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón.
A partir de 1987 inició su gestión gubernamental como alcalde peronista en su natal Río Gallegos, obteniendo gran éxito que lo impulsó a candidato de gobernador de la provincia, cargo que alcanzó con 61% de los votos.
Como gobernador aplicó grandes inversiones públicas que atacaron la antigua estrategia neoliberal, por lo que exaltaban su eficaz mandato que se catalogó como izquierdista y revolucionario.
Más adelante, como postulante peronista ganó la presidencia de su nación, prometiendo una lucha implacable contra la corrupción y el reforzamiento del Mercosur. Su herencia gubernamental era una deuda de 178.000 millones de dólares y uno de los índices de paro, pobreza y marginación social más altos de la historia argentina, además de la indignación y la tristeza de todos los ciudadanos y ciudadanas.
Su estilo fue mundialmente conocido como el estilo “K” ya que se fijó como prioridades la lucha por los derechos humanos y la revisión de las políticas neoliberales que habían sumido en la ruina a millones de argentinos. Se alió estratégicamente con mandatarios izquierdistas como Lula Da Silva, Ricardo Lagos y nuestro Comandante Hugo Chávez.
Con estas políticas vanguardistas y su carácter informal, muy cercano a su pueblo, el país se fue recuperando, incluso se destacó por imponer directrices independientes de los Estados Unidos, restableciendo relaciones con Cuba, impidiendo el envío de tropas a Irak y oponiéndose a los subsidios agrícolas norteamericanos y a la extensión del ALCA (área de libre comercio de las Américas).
Su gran legado y satisfacción del pueblo argentino le dieron la victoria a su esposa Cristina Fernández de Kirchner, quien apoyada en su esposo y antecesor ha logrado mantener los progresos y ampliar el bienestar entre su país y las demás naciones de Latinoamérica.
Por toda su labor, por la reivindicación de la política peronista, por la felicidad de su pueblo, por el gran cariño que sembró por toda América Latina, Néstor vivirá por siempre en los corazones de su gente.
Y tal como lo expresó el Comandante Chávez en su carta a los argentinos y argentinas “Cada nuevo día, Néstor vive en Cristina. Cada nuevo día, Néstor triunfa con Cristina. Y cuánta razón tiene el gran pensador argentino Ricardo Forster: Un hilo de continuidad sólida atraviesa lo inaugurado por el flaco desgarbado y su compañera de vida e ideas”.
Nacido en Río Gallegos en 1950, de padre descendiente de inmigrantes alemanes y de madre croata, desde su temprana juventud perteneció a la Juventud Peronista, defensor de la corriente izquierdista que apoyó a los Montoneros en los años que precedieron al golpe de estado fascista que derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón.
A partir de 1987 inició su gestión gubernamental como alcalde peronista en su natal Río Gallegos, obteniendo gran éxito que lo impulsó a candidato de gobernador de la provincia, cargo que alcanzó con 61% de los votos.
Como gobernador aplicó grandes inversiones públicas que atacaron la antigua estrategia neoliberal, por lo que exaltaban su eficaz mandato que se catalogó como izquierdista y revolucionario.
Más adelante, como postulante peronista ganó la presidencia de su nación, prometiendo una lucha implacable contra la corrupción y el reforzamiento del Mercosur. Su herencia gubernamental era una deuda de 178.000 millones de dólares y uno de los índices de paro, pobreza y marginación social más altos de la historia argentina, además de la indignación y la tristeza de todos los ciudadanos y ciudadanas.
Su estilo fue mundialmente conocido como el estilo “K” ya que se fijó como prioridades la lucha por los derechos humanos y la revisión de las políticas neoliberales que habían sumido en la ruina a millones de argentinos. Se alió estratégicamente con mandatarios izquierdistas como Lula Da Silva, Ricardo Lagos y nuestro Comandante Hugo Chávez.
Con estas políticas vanguardistas y su carácter informal, muy cercano a su pueblo, el país se fue recuperando, incluso se destacó por imponer directrices independientes de los Estados Unidos, restableciendo relaciones con Cuba, impidiendo el envío de tropas a Irak y oponiéndose a los subsidios agrícolas norteamericanos y a la extensión del ALCA (área de libre comercio de las Américas).
Su gran legado y satisfacción del pueblo argentino le dieron la victoria a su esposa Cristina Fernández de Kirchner, quien apoyada en su esposo y antecesor ha logrado mantener los progresos y ampliar el bienestar entre su país y las demás naciones de Latinoamérica.
Por toda su labor, por la reivindicación de la política peronista, por la felicidad de su pueblo, por el gran cariño que sembró por toda América Latina, Néstor vivirá por siempre en los corazones de su gente.
Y tal como lo expresó el Comandante Chávez en su carta a los argentinos y argentinas “Cada nuevo día, Néstor vive en Cristina. Cada nuevo día, Néstor triunfa con Cristina. Y cuánta razón tiene el gran pensador argentino Ricardo Forster: Un hilo de continuidad sólida atraviesa lo inaugurado por el flaco desgarbado y su compañera de vida e ideas”.
Reina Urdaneta
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