26.10.11

Las Necesidades Materiales de la Humanidad

Una pequeña fracción de la sociedad ha interpretado en su propia ignorancia que el proceso de transformación social que actualmente se encuentra latente en todo el territorio nacional, debe estar orientado fundamentalmente hacia la creación de estrategias políticas que estén dirigidas a solventar sólo las carencias materiales de los individuos, sin darle importancia a la formación ideológica como elemento primordial para la creación, concreción y fortalecimiento de una nueva moral colectiva, que permita alimentar en primera instancia las necesidades espirituales, la conciencia del deber social y el fervor revolucionario y patriótico del hombre y la mujer nueva.

Con estas acciones de falsedad los vagabundos de la oposición pretenden vender a las masas, una idea absolutamente irracional, la cual busca quebrar la lógica de la revolución; ellos, los sectores adversos a los intereses colectivos de la sociedad, que generan una ideología completamente consumista, predican que todo gobierno debe como primer objetivo satisfacer las necesidades materiales de los individuos que conforman el estado, y en la medida que suceda la labor, según la espiritualidad crecerá por lógica sobre todo.

Tal concepto de orientar en primer plano las políticas emanadas por el Estado revolucionario para satisfacer las necesidades materiales del ser humano, es multiplicado de manera bestial y atroz por las estrategias macabras de divulgación y masificación de la burguesía apátrida a través de los medios de desinformación y distorsión de la verdad, manejados bajo las tácticas individualista, egoístas, del sistema capitalista, que sólo pretende fundamentar éste modelo de dominación, que busca en esencia continuar manipulando la sociedad a su antojo.

La oligarquía pretende confundir, desorientar y abrumar a la clase media, ignorante, que desconoce las realidades de un pueblo, que esta viviendo procesos revolucionario de inclusión y transformación, gracias a un nuevo modelo social que va dirigido a dignificar a los más necesitados, a la clase obrera, la cual fue olvidada y vejada por los gobiernos cuartos republicanos, que sólo tenían como meta  servir a los intereses económicos y políticos del imperio norteamericano, y de una clase minoritaria.

De no contrarrestar toda la estrategia creada por el imperio, la revolución comenzará a debilitarse, porque aquellos endebles de pensamiento racional, de ideología izquierdista y bolivariana, y de amor por la patria, entraran en un laberinto sin salidas, que sólo terminará alimentando los valores capitalistas hasta su máxima manifestación, insertados en lo más profundo de su ser la autodestrucción.

Por medio de la formación socialista y humanista de la población, estaremos luchando de manera contundente, con la retroalimentación, y la investigación de nuestros verdaderos valores culturales, sociales, políticos y económicos, y quienes están llamados a participar en el comienzo de esta importante misión son todos aquellos servidores y servidoras publicas comprometidas con los ideales que nuestro máximo líder, el presidente Chávez ha delimitado, como pieza fundamental para la construcción del Socialismo, y esto sólo se conseguirá mientras acompañemos de la mano al pueblo organizado en todos sus procesos de formación y aprendizaje, nos necesitan, tienen toda la disposición de aprender, pero si nosotros no nos adiestramos de manera adecuada, no fortalezcamos el verdadero espíritu revolucionario y humanista, no lograremos los objetivos.  

Para finalizar, sería muy oportuno colocar una reflexión obtenida de un escrito realizado por el autor de Un Grano de Maíz, Antonio Aponte, quien toca de manera contundente un elemento fundamental para profundizar el proceso revolucionario, la parte espiritual del humano: "La responsabilidad que tiene esta revolución con la vida del planeta, de cambiar el rumbo suicida del capitalismo, nos obliga a correr el riesgo de transitar la hermosa aventura de convocar al pueblo para las grandes metas, para erguirse y luchar por razones espirituales, las que nos hacen humanos, las que salvarán a la especie, a la vida. 

El crecimiento espiritual del pueblo permitirá en gran medida, orientar hacia un nuevo camino el destino de nuestra existencia, en donde se eleve a su máxima expresión el sueño del padre de la patria, Simón Bolívar, transferir todo el poder originario a la sociedad, y que esta acción permita brindar de la mayor suma de felicidad posible la nación.

Enrique Lanz

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